miércoles, 29 de septiembre de 2010

Tenemos trabajos que odiamos, para comprar cosas que no necesitamos, somos los hijos bastardos de dios.

La mayoría de las personas ve el trabajo como una necesidad desagradable cuando el trabajo debería formar una parte integral y moral de nuestra vida. A través del trabajo el hombre se desarrolla y a su vez contribuye con el desarrollo de la sociedad.

El trabajo no debería representar solamente un bien canjeable o retribuíble. El trabajo debería ser el medio de concienciación y reflexión para su mejor comprensión a través del cual el hombre lleva su forma de pensar y actuar a un plano superior. Donde la verdadera remuneración debiera ser el bienestar que produce una labor bien hecha y el regocijo de poderla compartir con tus semejantes.

La sociedad que evoluciona constantemente ha logrado desde sus inicios hace ya mucho tiempo enmarcar a las personas según estilos de vidas en grupos sociales marcados por su poder o nivel adquisitivo que yo como una inmensa mayoría resumiría en dos (ricos y pobres) "aunque discrepe con el termino de pobres, porque creo que la pobreza está en el espíritu de los hombres"

Con la globalización de la economía han ido aumentando estas diferencias entre clases sociales que puede ser extrapolado a regiones o países. Y a su vez con la globalización de la información el hombre a simple vista se ha formado un criterio erróneo de cual es el mejor estilo de vida y con su afán de acumular riquezas para alcanzar o mantener un determinado estatus social y de cierto modo asegurar su super-vivencia y la de sus descendientes. Ha logrado que un buen número de personas y cada vez más en aumento esten dispuestas a dejar de lados sus escrúpulos, faltar a su palabra y hacer cosas que rocen la inmoralidad o en ocasiones inmorales con el único fin de alcanzar su objetivo que no siempre tiene porque ser noble, bajo el eslogan de "Todo Vale" donde la palabra del ser humano carece de todo valor y donde un apretón de manos no cierra ya ningún trato.

Yo creo en el ser humano aunque también necesito creer en dios para afrontar la adversidad cuando nadie me tiende la mano. Pero nadie es un termino tan absoluto que creo que mientras exista una persona la palabra nadie carecerá de valor. Porque siempre habrá alguien dispuesto a ayudarte y si alguna vez lo dudas aquí estaré yo para demostrártelo.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Gregorio Marañón.

Vivir no es sólo existir, sino existir y crear, saber gozar y sufrir y no dormir sin soñar. Descansar, es empezar a morir.
 
Gregorio Marañon- Médico y escritor español.