Mostrando entradas con la etiqueta Fábulas de noches sin sueño.. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Fábulas de noches sin sueño.. Mostrar todas las entradas

viernes, 26 de abril de 2013

La leyenda de Al-Jumally.








Una antigua leyenda Árabe cuenta de un hombre que se enamoró perdidamente de una mujer. Sin lujos de detalles y tan sólo por abreviar no les voy a hablar de la fortuna que para ese hombre fue el haber contraído matrimonio con quien no tardó en descubrir era su alma gemela. Lo cierto es que era una mujer muy hermosa con un rostro cálido, ojos marrones y una boca tan bonita que cuando sonreía al atardecer pareciere que el sol se escondiese detrás de su sonrisa. El era un hombre paciente, generoso y no supe hasta el final de esta historia de su fuerza. Eran los dos muy jóvenes, eran felices y así hubieran podido continuar hasta el fin de sus días, si la vida no hubiere querido darle un giro tan brusco a los acontecimientos. 

Por circunstancias de la vida, esa mujer, la que tanto amaba contrajo la Viruela una enfermedad maligna, terrible que le dejo convaleciente y con el rostro y el resto de su cuerpo totalmente desfigurado borrando cualquier rastro de belleza del pasado. Él sólo podía pensar en lo doloroso que sería para su esposa el recuperar la conciencia y descubrir que ya no era la misma, que su belleza y juventud habían desaparecido de golpe y porrazo. Tanta pena y sufrimiento mutaron en un dolor de cabeza que aparentemente continuó atacando su sistema nervioso hasta dejarlo totalmente ciego y con los ojos cerrados. Durante los doce años que su esposa se mantuvo con vida el estuvo a su lado cada día y cuentan que cuando murió, el mismo día milagrosamente recuperó la visión. 

Sin embargo y a pesar de que nunca lo confesó, cuentan los que le conocen que nunca perdió la visión, que sólo lo hizo por ahorrarle el sufrimiento a su esposa de saber que él podía verla. Porque quería que ella se siguiera sintiendo hermosa a pesar de las circunstancias, porque la amaba tanto que ni la luz era más importante...

El dolor cuando no se convierte en verdugo, puede ser un gran maestro.
Foto tomada en Elche.


jueves, 7 de febrero de 2013

La leyenda del mejor amigo.



Dice una leyenda árabe que dos amigos viajaban por el desierto y en un determinado punto del viaje discutieron. Uno de ellos ofendido por los argumentos del otro, quedó sin palabras, sin nada que decir y escribió en la arena:
"HOY, MI MEJOR AMIGO ME PEGÓ UNA BOFETADA EN EL ROSTRO"

Siguieron adelante y llegaron a un oasis donde resolvieron bañarse. El que se había sentido insultado, agredido y lastimado comenzó a ahogarse, siendo salvado por el otro individuo (su amigo). Al recuperarse tomó un estilete y escribió en una piedra:

"HOY, MI MEJOR AMIGO ME SALVÓ LA VIDA"

- Intrigado, el amigo le preguntó:

¿Por qué después del primer altercado escribiste en la arena aquello y ahora escribes en una piedra, esto?

-Sonriendo, el otro amigo respondió:

Hace mucho tiempo decidí que siempre que alguien importante para mí me ofendiese, habría de mantener la calma para no convertirme en una víctima de las circunstancias o del momento y lo de escribir lo que sienta en ese momento tiene mucho que ver con ello. Porque ese será el sitio que yo le dé en mi corazón o en mis pensamientos. Lo escrito en la arena no perdurará para siempre, puede que el viento o alguna tormenta lo borren. Sin embargo, para lo grandioso he escogido una piedra, porque incluso cuando pierda los colores perdurarán en relieve las letras inscritas en ella y con ello los momentos. No encuentro lugar mejor en éste inhóspito lugar para dejar grabado para siempre semejante acto de bondad que guardaré en mi corazón para siempre y hasta el último momento. 

martes, 1 de enero de 2013

Prólogo.

Borrador. Parte 1

Es de sabiduría popular que cada hombre que pretenda una rosa con la misma intensidad ha de pretender sus espinas. Que el dolor siempre toma partido de las cosas más importantes de nuestras vidas y que en amar no rige sabiduría alguna ni proporciona felicidad infinita. Es de sabiduría popular que hay ciertos momentos que nunca se olvidan y lo mismo con algunas personas, sobre todo a esas que consideramos poco común y hermosas, en casi todas sus formas y manías. Sin embargo puede y sólo digo puede que tanta belleza sea relativa. Puede que sean los peores momentos los que  lleven escondido muy dentro los mejores días. Y que todo el mal que nos pretenda, sólo en nuestras mentes more como algo irracional y de voluntad propia, aunque muy pobre y vacía. 

Por esta razón quisiera yo que comprendierais la naturaleza del ínclito personaje a quien a continuación les describo. Porque a veces parece que no fuera de este mundo, que se estuviere escondiendo de algún terrible final o que sus velas temieren al porvenir por culpa de las tempestades y el viento que de madrugada le asolan sin consuelo alguno. Sin embargo también quisiera que comprendierais que está muy después de todo eso, después incluso del fin del mundo y todos los tiempos. Y si osáis buscarlo es muy probable que lo podáis encontrar entre las nubes apuntalando el cielo, para que las estrellas  no caigan o para que no dejen de brillar nuestros deseos en el oscuro firmamento, para que en su mundo nada pierda sentido, para que todo el tiempo no sea perdido o puede que esté simplemente honrando a sus muertos. Y así podría seguir con miles de motivos y argumentos, inventándome pasiones para no sentir que cada día más que vivir va muriendo. A merced de un caprichoso tiempo que para el ha pasado tan deprisa, que no hubo de haber un dios entre tanto que le pudiere advertir o conceder el don de no errar o ser perfecto. En una forma tal que pudiere por todos los errores de su pasado ser absuelto.

Quisiera yo que comprendierais que el personaje de la historia que por contarles estoy , no cojea de tolerancia o razonamiento y vive con el apetito de amar cual niño que no deja grano de azúcar sobre la mesa sin importar modales, sin esconder el placer de saborear ese dulce momento. Haciendo de su historia, que a través de mí, él mismo cuenta. Una lengua casi litúrgica en el que la moratoria para alcanzar la divinidad de su alma roza lo eterno. Sólo movido por su sed de amar, su fuerza, sus ansias. Movido por su voluntad eterna de no tergiversar un sólo recuerdo, una sola palabra, que pudiere tener como único fin o propósito olvidar...  u olvidarla... Quisiera yo ocioso lector que más que juzgar a este ínclito personaje y cada  una de sus acciones, comprendierais todas las razones y cada una de sus palabras, con sus faltas o no.




Obra: Hombre escribiendo.
Artista plástico: Pablo Picasso.

martes, 18 de diciembre de 2012

La Historia de Shaya.


En algunas escuelas que ayuda a niños discapacitados. Algunos niños permanecen en chush durante toda su carrera escolar. Mientras que otros pueden irse a escuelas convencionales. En un evento de recaudación de fondos de chush, en una cena, el padre de un niño chush, pronunció un discurso que nunca será olvidado por aquellos que asistieron.

Después de elogiar a la escuela y a su dedicado personal. Gritó: ¿Dónde está la perfección en mi hijo Shaya? Todo lo que Dios hace, lo hace a la perfección. Pero mi hijo no puede recordar hechos y formas como otros niños. Entonces ¿Dónde esta la perfección de Dios aquí?

El público estaba impresionado con la pregunta, y adolorido con la angustia del padre. Impávidos ante la cuestión, y sin saber que responder, permanecieron en silencio. El padre después de un corto silenció, les contestó, que cuando Dios trae al mundo a un niño como Shaya, la perfección que él busca, es la manera en que la gente reacciona ante este niño.

Y contó la siguiente historia de su hijo Shaya, que yo os relataré.

Una tarde, Shaya y su papá paseaban por el parque junto a unos niños que Shaya conocía. Jugaban béisbol. Shaya le pregunto a su papá: ¿Crees que me dejen jugar? El papá de Shaya sabía que su hijo no era atlético y que la mayoría de los niños no lo querrían en su equipo, pero el padre entendió que si escogían a su hijo para jugar le darían un sentido de pertenencia. Como saben, el nivel más alto de consciencia de Maslow en su pirámide, es el sentido de pertenencia y Shaya nunca se había sentido así.



El padre de Shaya se acercó a uno de los niños en el campo y le preguntó si Shaya podía jugar. El niño miró a su alrededor buscando apoyo de sus compañeros y al no obtenerlo tomó la decisión que estaba en sus manos y dijo: Bueno estamos perdiendo por 6 carreras y van 8 entradas, creo que puede estar en nuestro equipo. Trataremos de meterlo en la novena de bateador.

El padre de Shaya se quedo estático mientras Shaya no dejaba de sonreír. Le pidieron a Shaya que se pusiera un guante y lo metieron al campo a jugar. Al final de la octava entrada, el equipo de Shaya había logrado algunas carreras pero seguían perdiendo por tres. Al final de la novena, el equipo de Shaya volvió a anotar y ahora, con 2 outs y las bases saturadas llego el turno de Shaya.

La carrera de la victoria estaba en juego.

¿El equipo dejaría que Shaya bateara a estas alturas del partido y dejaría escapar la oportunidad de ganar? Sorpresivamente le dieron el bate a Shaya: Todo el mundo sabía que era casi imposible, porque Shaya ni siquiera sabía sostener el bate, pero aún así le dieron la oportunidad. De cualquier manera, Shaya se paró en la base, el lanzador del equipo contrario al percatarse de la situación, dio unos pasos hacia adelante, para lanzar la pelota suavemente para que Shaya al menos pudiera tocar la pelota.


Llego el primer lanzamiento. Shaya bateó torpemente y falló. Luego uno de los compañeros de su equipo se acercó y juntos, él y Shaya sostuvieron el bate y enfrentaron al lanzador, esperando la siguiente bola los dos. Otra vez, el lanzador se acercó unos pasos a Shaya para lanzar la pelota aun más suavemente. Y mientras se acercaba la bola, Shaya y su compañero batearon juntos, y juntos golpearon la pelota que tocó el piso lentamente hacia el lanzador.


El lanzador tomó la pelota fácilmente, pudo haber lanzado la pelota a la primera base. Shaya hubiera tenido que irse y hubiera sido el fin del juego. Pero el lanzador tomó la pelota y la lanzó muy alto al campo, lejos del alcance de la primera base.

Todos comenzaron a gritar:
¡Shaya, Shaya! ¡Corre a la primera, a la primera!

Nunca en su vida había corrido a la primera base. Corrió a la línea de fondo con los ojos bien abiertos. Cuando llego a la primera base el jardinero de la derecha ya tenía la bola y pudo haber lanzado la pelota al de la segunda base que hubiera eliminado a Shaya que seguía corriendo. Pero ese jardinero entendió las intenciones, las intenciones del lanzador.

Así que lanzó la bola alto y lejos, por encima de la tercera base.

Todos gritaron:
- ¡Corre a la segunda, Shaya! ¡Corre a la segunda!

Shaya corrió a la segunda base mientras los que estaban delante de él rodearon como locos la base. Cuando Shaya llego a la segunda, el oponente corrió hacia él y lo volteó hacia la tercera base y grito:

- ¡Corre a la tercera, Shaya! ¡Corre a la tercera!

Cuando Shaya corrió a la tercera los niños de los 2 equipos corrieron tras el gritando:

- ¡Shaya, Shaya! ¡Corre, corre, haz un cuadrangular!

Shaya logro el cuadrangular, se paró en la base y los 18 niños lo levantaron en sus hombros y lo convirtieron en el héroe. Como si hubiera ganado el Grand Slam y hubiera hecho ganar a su equipo.

Ese día, dijo su padre con lágrimas rodando por sus mejillas, esos 18 niños alcanzaron el nivel de perfección de Dios.



Fuente: Wayne Dyer

sábado, 20 de octubre de 2012

Lo real y lo maravilloso.


En algún momento quiso la noche romper la barrera que dista lo real de lo maravilloso. Y para ello recurrió a la madrugada y el sueño que a su vez hubieron de remontarse a un período difuso entre su conciencia y la infancia. Difuso también por latitud y tiempo. Difuso porque él sabía de ella, pero ella sin embargo para ese tiempo no le conocía ni imaginaba lo que habría acontecer algunos años después tan pronto tuviere lugar el primer beso.
Era una tarde cualquiera, aunque madrugada también producto del estado onírico de lo que estaba aconteciendo. El no estaba allí porque fuere a buscarla, como ella tampoco lo esperaba, en aquel momento. Únicamente protegidos por dos mujeres que en sus vidas eran máximas autoridades del amor y otros dones y que el azar quiso agraciar con el mismo nombre (Matilde). Hacía que sus historias se pudieran entrelazar aun más en un tiempo y latitud sólo producto de su imaginación y sueños y que a ninguno corresponde. Por eso marchaban juntos, entre una multitud que se manifestaba indignada y filas muy lentas de coches. La causa, alguna realidad de la que él por ser un mal menor en sus sueños, desconoce.
En algún momento se detiene la marcha y el tiempo. Y cesan la agitación y el bullicio de la gente como el constante sonar del claxon de los coches. Entre la muchedumbre y el polvo aparece ella, con un vestido muy colorido y flamenco. Perfectamente peinada y con un maquillaje poco discreto que realzaba más que su belleza femenina (que no es poca) su infancia y la inocente intención de parecerse a su madre en cada gesto. Y después de verla, parece que todos los gitanos hubiesen nacido sin una pizca de arte como los andaluces de gracia muy pobres. Cuando deja al descubierto una sonrisa perfecta que alguien congeló en una fotografía que aún conservo.

Y se acercó por la espalda y con su dedo índice inquirió dos veces sobre su hombro izquierdo. Ella se giró y sonreía tímidamente y sin articular palabra los ojos de él se fueron a buscar refugio al suelo. Y ahí estaban esos zapatos negros ortopédicos que tanto odiaba de pequeño. Y entre sus pies una mochila llena de libros cuyo acto era justificado por el rebuscar con sus manitas pequeñas algo en su bolsillo que no se atrevió a entregarle en aquel momento. Y entre tanto suceder a lo lejos parece venir de vuelta el ensordecedor ruido del claxon de los coches y con ello el movimiento de la muchedumbre que probablemente los distancie hasta su próximo sueño. Desesperado toma su mano, mira sus ojos y le dice con la actitud del niño que es producto del letargo en que lo ha sumergido su sueño, pero con la conciencia del hombre que ha decidido amarla incondicionalmente a pesar de las circunstancias y sin lamentos.
No será hoy el día en que precisamente me enamore de ti, eso sucedió ya hace mucho tiempo. Y desde luego no será hoy el día en que dejaré de estarlo, te lo prometo. Sin embargo a pesar de que a cada instante habré de entregarte lo mejor de mí. Estoy seguro que en algún momento habré de equivocarme, porque no soy perfecto. Seré juzgado por quien no me conoce y probablemente me abandones sin que pueda hacer nada al respecto. A lo mejor una primavera te alcance para no recordarme, puede simplemente que dos días después no quieras hacerlo.
Pero has de ser consciente que si aceptas un primer beso, que si juras quererme como lo harás en algún momento. Me cercioraré de con una rodilla en el suelo pedirte lo eterno. De regalarte una rosa sin más fecha que mi único deseo de hacerlo. Que te escribiré más de sesenta cartas y te invitaré al mismo café más de mil veces cuando todos los demás crean que no debería hacerlo. Que has de estar presente hasta el final de mis días en mi vida, porque no hay nada con lo que pueda comparar lo que por ti siento. Y estoy tan seguro de ello que jamás me sentí mejor, tan seguro que no lo detendría aunque estuviese en mis manos el poder hacerlo. Y aunque con el paso de los años tu conciencia borre de tu memoria este momento, me seguiré despertando cada día con la misma ilusión. Y en los días que vinieren...




L.P.F.01F85
Lara Pardo Fernández
Obra: Materializando sueños.
Artista plástica: Erica Hopper

sábado, 13 de octubre de 2012

Gentil alma.







Sintiose dueño y señor de un sentimiento inalienable comparable solo con las mil buenas razones que daban fe de su buenaventura de amar. No había mayor tormento que el que hubiere de inventarse cada mañana. Nada que el placer de la rutina matutina diaria a la que se entregaba comenzando con sus manos juntas acaparando la mayor cantidad posible de agua para empapar su cara y despertar así la que podía ser la mejor jornada de su vida, no pudiese superar.

Gentil alma a la que Dios parece no escuchar y que únicamente deja exhausta el temor de perder su virtud y honra por no ser merecedora de sus propios dones y anhelos. Por dar cobijo en sus pensamientos a quien loablemente dejose todos sus esfuerzos en borrar cualquier vestigio de lo vivido y sus sueños. Y aunque a veces la melancolía le ataque por la espalda y su memoria le traicione con algún recuerdo. Prefiere guardar silencio y no dejar espacio bajo este cielo, que deje al descubierto las intenciones de quien ha decidido amarla en silencio.


Y entre todos los oficios deshacer lo que ya había vivido en algún momento, lo que en intención se erigió con unas proporciones tal que solo se podría acotar a los adjetivos hermoso e inmenso. Y entre todos los oficios… hubo de ser éste el único para el que no había sido hecho. Y quiso la noche que su pesar le hiciera despertar mirando las estrellas otra vez. A sabiendas que si el sol hubiere de permanecer escondido por más tiempo, su curva más hermosa sería el lugar perfecto. Y continuó, apabullado por la idea de que si ella gusta de no quererle, no dispuso el cielo una ocasión en que pudiere él no quererla o dejar de hacerlo. Y por el resto de sus días ha de vivir con este inalienable sentimiento, solo comparable con las mil buenas razones que dan fe de mi buenaventura de amarla y sus besos.
 
L.P.F.01F85
Obra: El Beso.
Pintor: Gustav Klimt

miércoles, 8 de agosto de 2012

La juventud, el amor y la vía láctea.




Dicen que la juventud es un defecto que con el tiempo se corrige, será por eso que no temo demasiado a la vejez. Vivir es algo que me toca hacer cada día para ver morir ese día veinticuatro horas después. Estoy tan acostumbrado a ello que ya no me entristece. Solo me enerva de lo vivido hasta hoy, qué todos aquellos que dicen comprenderme me conviden a renunciar, a indefinirme constantemente. Como si fuese un paria, como si lo más importante de vivir fuese mantener en mi cara una sonrisa perenne. Pretendiendo alienar la fe de un amor, dentro de mi en ciernes.

Y es que para amar no se necesita mucha destreza, no tiene que ver con palabras románticas, ni con que la vida sea bella. Hasta un tonto puede enamorarse, probablemente ahí radique del amor su grandeza. Es el motivo por el que respiras, lloras, sonríes, la razón que nos permite vivir con exuberancia nuestras alegrías y penas. Si nada de lo anterior te parece suficiente y después de todo, te sientes incapaz de amar. Te deberían condenar a vivir eternamente en este planeta, hasta que aprendieras. Aunque si te sirve de consuelo no tendrás que esperar mil años, la mayoría de los que conozco lo han logrado antes de los cuarenta. Y no importa lo que te resistas, porque el amor siempre llega.

A veces simplemente voy caminando por mi ciudad y me veo en cada grafiti que esconde un mensaje de amor garabateado en una pared. A veces simplemente me alejo, pero al parecer solo lo hago de mi mismo porque siempre termino donde empecé. A veces solo a veces no pienso en ella, pero creo que siempre la amaré. Hace tiempo comprendí que el amor puede ser una mierda, si quien te ama, para amarte sigue reglas. Si te vale cualquier excusa para no intentar romperlas, si amas para olvidar después.



El origen de la vía láctea.
Pintor: Jacopo Tintoretto.

lunes, 25 de junio de 2012

Todo lo que pretendía era un espacio...






Cuando todo lo que amaba  pretendió no formar parte de su universo. Tuvo que inventarse otro Dios, tuvo de inventarse otro cielo, otra manera de tenerla cerca. Sólo para que el amor y el resto de los demonios que le atormentaban permaneciesen en silencio. Maneras a prueba de falacias y desprecios, maneras a prueba de todo para no convertirla en humo y tormentos. Maneras que le ayudasen a vivir o le rescatasen de los pozos del infierno en los que parecía haber caído sin remedio alguno desde el mismísimo cielo... 



Y su única pretensión era un espacio entre el presente y lo eterno. Donde sobre las nubes blancas dibujando formas predominase el azul del cielo. Un sitio con una hierba muy verde sobre la que tumbarse para soñar despierto. Un día sin excusas ni reproches donde lo que el resto dijere u opinase no importara y dispuesto a sufrir y gozarlo todo...  a no dejar escapar un sólo día, un sólo momento y así poder vivir el resto de sus días sin sopesar consecuencias, sin arrepentimientos para que tomando lugar cualquier cosa que pudiere acontecer  ambos pudieren seguir teniendo el poder, el irrevocable derecho de continuar sintiéndose afortunados por haberse tenido el uno al otro como si no hubiere nada más importante, como si sus vidas hubieren quedado atrapadas en un sólo momento, en un único instante, en un beso, como si nada terminara, como si cada final fuere un nuevo comienzo... Y puede que no comprendáis la exuberancia del sentimiento que la pretende ni la debilidad que muestra el dolor cuando el amor aparece, pero créanme que para alguien enamorado esto es lo menos. Y puede que por eso mil días después todo lo que hace sigue teniendo que ver con ella... incluso esto.  Hubiere sido un motivo más que suficiente para inventarse otra manera de tenerla cerca, otro dios incluso otro cielo.


Y a veces el tiempo pasado y la vida le instigan a seguir la primavera como si todo lo vivido fuese tan intrascendente como para no echarle de menos, como si pudiere partirse en dos y renunciar a la mejor parte de sí mismo a cada momento, como si no hubieren sido de verdad sus besos. Y cada vez que se queda a solas con sus lamentos con sorna toda la tristeza que siente le incita a que despliegue sus alas y emprenda vuelo, porque si es verdad que nada es para siempre, puede que esté perdiendo el tiempo. Pero no hay espíritu gregario en su corazón ni en sus lágrimas. No tiene donde volar, si con el no reciben cobijo sus memorias y anhelos. Esos que hacen fabulosas las tardes de invierno y lluvias, su manera de querer sin recompensas y todo a lo que a ella es propenso... 



sábado, 7 de abril de 2012

El huevo, la zanahoria y el grano de café.

Un huevo, una zanahoria y un grano de café fueron sometidos a la "hostilidad" de un mismo agente externo, agua hirviendo. Después de pasar el mismo tiempo cada uno en sus recipientes con la misma cantidad de agua y a la misma temperatura cada uno de los elementos reaccionó de una manera diferente.

La zanahoria que antes era tan dura no resistió la alta temperatura y termino por reblandecerse. La corteza del huevo permaneció intacta, sin embargo por dentro el huevo no pudo evitar endurecerse. Solo el grano de café permaneció intacto, no se reblandeció ni se hizo más fuerte. Sin embargo tintó el agua de un negro muy puro y aromático que logró cambiar en cierta manera la hostilidad de ese agente externo que parecía someterle (agua hirviendo) al punto de darle un color, sabor y aroma diferente. Solo el grano de café logró cambiar su entorno. ¿A ti quién te gustaría ser? Yo pretendo ser el grano de café.
Anónimo.

jueves, 8 de diciembre de 2011

Enamorarse.


Y la única condición que  puso Dios al crear al ser humano era que debía ser imperfecto. Y la naturaleza la acepto porque sabía que sería la mejor manera de diferenciarnos. Y nos colmaron de defectos y nos enseñaron a superarlos, nos colmaron de virtudes para que pudiésemos amarnos y a partir de ahí lo de los panes y peces multiplicados no fue algo que me quedase muy claro...  

La imperfección dio como resultado la incesante búsqueda de la perfección y sabiendo el hombre que estaba muy lejos de ser perfecto terminó creándose un patrón de lo que él consideraba era ser mejor. Y hace mucho tiempo eran valores regidos por la moralidad, la familia y el amor. Los valores se han mantenido, sin embargo cada vez son menos los que mantienen esa referencia para ser alguien mejor. Son tantos menos en tal cuantía, que por mayoría si creemos encontrar a ese uno entre tantos miles, no contemplamos el dejarle escapar como una opción. Y sin poderlo evitar sentimos la necesidad de pasar el resto de nuestra vida a su lado y por eso nos casamos y al acto de aparearnos le llamamos hacer el amor. Siendo el amor nuestro mayor vinculo y conexión con otros seres humanos.Y así pasamos una gran parte de nuestras vidas. Enamorados o desesperados buscando a esa conexión, esa persona que sin hacer mucho nos hará sentir especial en tantas formas que casi podrían ser infinitas, únicamente por un sentimiento que se nos antojó eterno desde el primer día y que los mortales por mayoría definimos con una de las palabras más antiguas, extensas y bonitas que jamás existió (amor). Por ello... 

Enamorarse como si en ello les fuera la vida y no desperdiciéis  la oportunidad de compartir esa dicha, porque todas las cosas que merecen la pena en esta vida merecen ser compartidas y tienen el mismo punto de conexión (el amor). Enamorarse porque entre tanta armonía interior, punto intermedio y equilibrio, el amor es lo más cerca que estarás de conocerte a ti mismo o del infierno o el paraíso. Será el único sentimiento que te hará sentir especial cuando todo parezca perdido. Enamorarse sí, enamorarse sin el temor de no ser correspondidos y vivir por el eco de las pequeñas cosas, porque para el amor hemos sido concebidos y porque de amor estamos hechos, aunque a veces nada parezca tener sentido, excepto el amor.


Artista Plástico: Francesco Hayes.



lunes, 27 de junio de 2011

Esto no va de lágrimas, esto no va de amor...

Esto no va de lágrimas, esto no va de amor. Esto no va porque de alguien algún día puedas ser la inspiración. Esto no va por todo el sentimiento que te dejaron a deber, o por tener en bancarrota tu corazón. Esto no va por los días que te cuesta creer en el amor, esto no va por las mil formas que no encontramos de decir adiós. Esto no va por lo que debería ser, esto va por lo que es, va por ti y por lo que a simple vista se puede ver.


Eres más de lo que pudo pedir o más de lo que pudo soñar, la parte incomprensible de un sueño que se le  hizo realidad. Eres Irina, en Hebreo "Reina de la belleza", y en griego "Amante de la paz", en cubano un  Mango (referencia de mujer hermosa) en España resumido, estas más buena que el pan. Por eso esto no va por lo que debería ser, en el fondo eso da igual, esto va por lo que ya eres, esto va por lo que ya tienes y lo demás no debería contar. Esto va por tu manera de reír o por tu manera de bailar, esto es un GPS para cuando no te encuentres, o lo hagas mal, esto es para recomponer tu sonrisa. Esto va por ti y no está pensado para nadie más, como Luna nueva.


Nueve meses no bastan para gestar al hombre que te ha de desposar. Tiene que ser un caballero, aunque no tenga armadura, ni corcel. Tiene que ser valiente, aunque pueda temer perderte alguna vez. Necesitará un anillo mágico y una rodilla que le falle una vez. Tendrá que mirarte a los ojos y poder mirar a través. Un hombre que comprenda que mil espadas no son suficiente para conquistarte, ni para hacerte creer. Un hombre que pueda tener o no un dios, pero que deposite en tu cariño toda su fe. Un hombre que vea lo hermoso de tus pechos y una madre también si decides llegar a serlo alguna vez. Un hombre que sepa mirarte, que no busque estrellas para conquistarte, ni necesite de estas palabras para hacerte creer. Irina Pardo Fernández

martes, 8 de febrero de 2011

Luna nueva

Por las comidas sin sal, por los poetas sin musas, por las felicitaciones que no debieron ser compartidas y por las bodas con lluvias, por los cumpleaños tristes, por la soledad o por la angustia, por la espera infinita de quien a tu mitad se ajusta, complicadamente por todo eso y por un millón de cosas más. Quiero que sepas que de esta felicitación eres tú la musa, y no está pensada para nadie más.

Por ser el soplo de aire fresco que remueve las nubes de mi ventana. Por tener una sonrisa que desafía a la tristeza y desampara las lágrimas. Por no ser de papel y tener las mismas propiedades de la caja de cartón donde de pequeño me refugiaba. Quiero que sepas, que no por ser hermana  eres menos hermosa, siempre logras sorprenderme, eres más de lo que imaginaba.  No porque mis penas me silencien deberías sentirte olvidada, te amo lo mismo en distinta manera y tu silencio no me hace falta.

  Hace 7 días fue tu 26 cumpleaños y tu luna estaba apagada, solo tu silencio pudo comprender tu tormento, porque solo tu silencio tiene la capacidad de no expresar nada. Yo tampoco soy de papel, pero si me dejas puedo tener la propiedad de aquella caja de cartón donde de pequeño me refugiaba.  Porque siempre hay un espacio vacío entre los besos que no se dan y el alma, lo mismo pasa con las cosas que no se dicen, si no las expresamos nos matan.

Felicitarte tiene buenas intenciones, pero de felicitaciones vacías ya debes estar harta. Solo algo que fue concebido con tanta pasión, puede rozar la perfección y comprendo que con un simple felicidades no basta. Por eso con estas letras te entrego oficialmente una parte de  mi corazón y mi conciencia, mi compromiso de apoyarte y no juzgarte, en cada bien intencionada empresa que emprendas.


Y decirte que me gustaría tener un tesoro para regalarte, o encontrar algo que rellenase las ausencias de quienes te faltan en esos días especiales. Me gustaría que fueses más feliz de lo que estoy seguro que ya eres y de alguna forma de esa felicidad ser yo el causante. Decirte que eres hermosísima y que en la misma medida corre por tus venas el arte, por eso puedo entender que a veces tus tobillos no soporten tanta presión, pero no te preocupes corazón que aquí estaré yo para en mis brazos llevarte, por si flaqueas o tienes la mala suerte de lesionarte.  Aunque ya le he encargado al señor que te cuide, para cuando no esté o para cuando complicadamente no pueda arroparte. Irina Pardo Fernández

 La que ama la paz. I.P.F.487. Feliz Cumpleaños!!