Y descubrir
que duele más la ausencia
que los días.
Por lo pulcro del silencio
de quien pudo hacer
y por temor
el amar se guarda
haciendo tropezar
la verdad y las lágrimas,
con su apatía,
más que con los besos.
Y descubrir,
que eran sus pechos
los que forma le daban
a la suerte que le amparaba.
Y ahora maltrecho por las heridas
de los celos, la distancia y la hipocrecía
Pasa los días dando gracias a la vida,
más por lo que no le quita,
que por lo que le daba.
Y descubrir,
que saben mejor los besos
en su boca pequeña
hecha de trozos de pétalos,
espina, miel, cielo.
Hecha de flores secanas, pero no muertas
de lágrimas y esperanza
de casto e intachonado silencio.
Que en los labios de quien me idolatra
u ofrece sin reparo,
la virtud entre sus piernas
y voluptuosidad de sus pechos.
Y descubrir,
que no estaba hecho
de carne y huesos
ni de sanas costumbres
como el no amar o el olvidar...
LPF.01f85