lunes, 27 de abril de 2020

Arenas de soledad.


Tengo un reloj de arena
que cuando no miro,
parece contar hacia atrás.
Que siempre empieza el día
en el mismo momento
en el mismo lugar.
Tengo un reloj de arena
que no sabe contar
y por eso cuando no me ve
lo vuelvo a voltear.
Y a veces podría jurar 
que más que lo sabe, 
lo sabemos.
Y a veces nos juramos
no volver a hacerlo.
Supongo y a veces creo
que ambos suponemos, 
que por amor lo hacemos.
Porque nada es más grande, 
ni la distancia, ni el silencio.
Y a pesar del engaño y los años
suponemos por lo vivido
que en algún momento 
de perdonarnos habremos...
estado a puntos de besarnos, 
de echarnos de menos
de querer olvidarnos, 
probablemente sin reconocerlo.
Porque nada es más grande,
ni la distancia, ni el silencio
ni el dolor que con los años
mi reloj de arena
pretendió mitigar, 
deteniendo el tiempo. 


LPF01f85