viernes, 1 de enero de 2021

Buscar la virtud como valor esencial.

 

Dicen que para poder amar a los demás, una persona debe amarse a sí mismo. Pero como casi todas las cosas tiene un doble razonamiento en esta vida, en ambos casos es difícil encontrar el termino medio. Es difícil encontrarlo, porque algunos están dispuestos a morir por lo que aman y otros se aman tanto a sí mismos, que terminan muriendo solos.  Es toda una ecuación perfectamente balanceada, en el que ambos puntos son necesarios, donde nada está mal, ni bien.

El egoísmo racional (amarse uno mismo) Va creando puntos de inflexión en el presente, para construir el futuro, sobre la base lógica de haber aprendido de los errores del pasado. Pocas personas escarmientan por cabeza ajena. Así que tus errores son tu mejor escuela y en muchos casos ese punto de inflexión necesario, que te permite realizar un viaje introspectivo dentro de ti mismo, únicamente para aportar luz a la oscuridad, para auto perdonarte y adquirir y desarrollar tus propios estados mentales. Que con el tiempo liberarán a tu mente de la divagación sobre el ensoñamiento de lo que pudo ser.

El egoísmo irracional (Amar a muchos) es bastante más fácil. Y a pesar de que hay una consigna de valores y méritos, para que semejante obra dé lugar. En muchas ocasiones una persona no tiene que hacer nada para que una segunda persona le ame. El amar a los demás sin tener en cuenta estas consignas de valores y méritos convierte al amor en algo irracional y lo degrada a un mero componente fisiológico que termina creando dependencia sobre la otra persona. Amar por Amar es como Vivir por Vivir. No se puede amar indiscriminadamente, porque estaríamos convirtiendo al amor en algo banal...