jueves, 25 de julio de 2013

Que aquí acordemos.

Borrador Parte:14


-Que no era una cuestión de cuánto pudiera quererle o de que en algún momento todo cuanto sintieran el uno por el otro llegase a su fin o pudiese acabar. Ambos sabían que no se trataba de otras personas ni de juntar penas y lágrimas, que nada tenía que ver con amores de esos que se juran para toda la vida o promesas vacías ni de garantías para la eternidad. Precisamente porque las promesas se rompen y porque el amor "acaba" precisamente porque lo eterno últimamente no suele durar.

Entonces debería ser mucho más que un intento desesperado por alcanzar la felicidad, mucho más que el rutinario curso de la vida o el simple dilema que se les planteaba gracias a la inconfundible indefectibilidad humana de ambos al amar.  A sabiendas él, de que lo único propio que tiene es su nombre, porque a ella pertenece todo lo demás. 

Y es que de lo que os estoy por contar, todo absolutamente todo, tiene que ver con la vida. El único espacio tiempo donde la energía ni se crea ni se destruye, sólo se transforma, a veces en una bonita sonrisa otras tan sólo en electricidad. Por eso no es una cuestión de sacrificios ni esfuerzos ni de despertarse cada mañana e imaginar un día perfecto en el que ella no pueda estar. Por eso tampoco tiene que ver con ninguna de las fases del enamoramiento, la luna o días de sol... Más bien tiene que ver con los sueños y lo que dista de ellos el sendero de lo real y lo maravilloso. Sin embargo tiene que ver también con la solemnidad de la muerte y sus manías de no dejar puertas abiertas o cabos sueltos, por eso no quiere que nadie le diga cuánto le quiso o cuanto aún le quiere. No quiere que ella lo imagine o lo suponga, porque nada hay más real, nada hay más cierto.

  
Y siendo esto que siento por ti, algo concebido para toda la vida o imposible de deshacer. Que aquí acordemos:
  • Que aquí acordemos que tienes derecho a no amarme si así te pareciere, pero que también acordemos que es irrevocable mi derecho de amarte hasta que pierda el sentido o hasta mi propia muerte y que sin importar lo que suceda haz de respetarlo, siempre.
  • Que aquí acodemos, que todo cuanto te amo no sea estimado jamás por quien de amor más que vivir, muere.
  • Que aquí acordemos, que de todo lo acontecido o de lo que aquí termine o comience, no habrá un sólo culpable ni a quien señalar con el dedo. 
  •  Que aquí acordemos amar la libertad, más de lo que podamos temer al castigo.
  • Que aquí acordemos no cambiar un sólo detalle de esta historia jamás, ni para bien ni para mal y entonces ambos tendremos un trozo de algo irrompible, imborrable, un trozo de algo marchito, pero aún vivo. Algo para no olvidar.
    LPF.01f85
    Lara Pardo Fernández.


    domingo, 7 de julio de 2013

    Mala memoria.


    En algún momento por esto de ir de revés en revés mientras voy aprendiendo a vivir, comprendí que sin importar cuales fueran los momentos no debía abusar de mi buena memoria. Y puede que sólo por esta razón no guarde en exceso ni por más tiempo del que deba ocupando lugares en mi alma donde posiblemente tengan sus orígenes mis sueños o lugares en mi mente donde únicamente deberían habitar las mejores de mis intenciones, voluntades y nada de excesos. Ninguna de las blasfemias ni los denuestos con los que a diario me encuentro. Porque cada uno  esos momentos termina pesando sobre mi espalda, porque hasta hoy no he conseguido embotellar ninguno de esos momentos ni los malos para redimirlos antes que tomara lugar el suceso  ni los que más anhelo para hacer de ellos un recorrido perfecto. No los guardo porque todo lo que encierras termina por salir en algún momento por escapar a tu control. Por eso no creo que se trate de lo que hemos hecho ni de lo que haremos, sino de lo que estamos haciendo.


    domingo, 30 de junio de 2013

    ...y me maravilla.









    No sería esta historia bien contada ni del todo cierta o real si os pudiera decir como acaba. Y digo esto con la seguridad de tener todas mis penas y glorias saldadas, todas mis penas y la gloria de amar. Y es que de todo lo vivido pesa más la vergüenza que el castigo, pesa tanto que en ocasiones he sentido que no he podido tirar ni siquiera de mi propia sombra para volver a la realidad. Pero como la vida de los hombres desde hace miles de años es lo mismo, como cada solución que antes planteó un problema y con menor o mayor ingenio fue resuelto sin caer en el olvido. Aquí sigo yo, enmendando mi pasado a pedazos, entre sorpresas, sonrisas, lágrimas y suspiros.

    Y me maravilla saber que nadie podrá despojarme jamás de toda la fortuna que para mi representa el haber vivido cada día, desde el primero hasta el último, con sus peores momentos incluidos. Me maravilla, porque nadie podrá despojarme de mis anhelos, de mis sueños ni de mis recuerdos ni siquiera después de que mi exánime cuerpo se haya rendido. Me maravilla porque siempre tengo la sensación de que para alcanzar el 100% de todo lo que podría llegar a ser todavía no rozo un ¼º de todo lo que pueda hacer siempre para bien ni de todo lo que por dar tengo. Me maravilla tanto como las biografías e historias de personas que sin importar lo que padecieran vivieron sus vidas de una manera altruista, fiel a sus sentimientos y sin abandonar sus sueños. 


    Y es que visto a tantas personas afirmar convencidas el haberlo entregado todo en algún momento. Todo o un tanto que según su propio criterio equivaldría de si mismos a un 200% o  a mucho más de lo que simplemente podían dar. Que no ha sido sino hasta hace muy poco tiempo que me he dado cuenta de todo lo que soy y de lo mucho que tengo. Y me maravillo por todo el bien que se puede hacer con un simple gesto.


    Foto: Torre Eiffel. Francia.
    Siete maravillas del mundo antiguo.


    lunes, 17 de junio de 2013

    La venganza.


    Si la venganza es un plato que se debe comer frío, buen provecho a todos mis enemigos. A mí es que no me va la comida basura. 

    Asco de vida y de gente.

    miércoles, 12 de junio de 2013

    Las cosas importantes son impostergables.




    Cuanto más necesitamos ignorar las cosas importantes, mucho más necesarias se nos hacen las cosas superfluas, las cosas innecesarias.


    martes, 11 de junio de 2013

    La justa medida del amor.


    Para algunas personas la medida de su amor está vinculada con lo que lloran, para otros con lo que reciben o entregan. A veces simplemente parece estar ligado a una palabra o un hecho en concreto, a una fecha al deber de emparejarse por etnia o lugar de procedencia por la cantidad de sexo que se pueda tener en un año, un juramento o simplemente un beso. 

    Para otras personas la medida justa del amor la tiene el tiempo y está muy vinculada a la tolerancia al respeto, y como en esta vida nadie nace sabiendo, amar es algo a lo que se debe aprender también. Y por intuitivo que parezca este sentimiento, al parecer todo lo que amemos a esa persona especial es lo mínimo que deberíamos amarnos nosotros mismos a cada momento. Pero si es así en qué momento deberíamos renunciar a todo lo que somos o a lo que nos debemos, sólo para comenzar “de cero” o simplemente para amar a otra persona y a otra y a otra, como si fuera nuestro reflejo. 

    Para otras mentes puede que más maravillosas, la medida del amor tiene que ver con estar viviendo un sueño maravilloso y mientras se mantienen sumergidos en su somnoliento letargo, nadie los puede sacar de esa sensación maravillosa o no que puedan estar viviendo, sin saber entonces que tienen contadas sus horas de sueños, porque para vivir en el mundo real, incluso para enamorarse, hay que estar despierto. Y así hay gente que busca incesantemente la justa medida del amor en el físico o incluso en cosa más simple, como en el acento. Y es que con tantas verdades en este mundo todo puede ser más o menos cierto y la verdad más grande que parece haber no es la real, sino, la queramos creernos.

    A mí no hacerme ningún caso, pues he pasado demasiado tiempo mirando a la luna y soñando despierto. A mí no hacerme mucho caso porque en cuestiones de amor soy bastante analfabeto y hay muchas formas de amar que por más que me las expliquen no las entiendo. Sin embargo me he dado cuenta que en la medida que nos hacemos adultos, nuestro amor madura casi en la misma medida que maduran nuestros sueños. Me he dado cuenta que ni el amor ni los sueños envejecen, que no se amilanan ni se hacen pequeños. Que no son ellos los que nos excluyen, los que nos apartan, no son ellos los que nos rompen el corazón, los que se avergüenzan de nosotros y nos abandonan por otro amor o incluso por otro sueño. Para mí la justa medida del amor es una sola, es inmensa, sin embargo cabe en el corazón. Para mí la justa medida del amor, está en tus besos. 

    LPF.01f.85

                                                                                                                                                                                                            
     

    miércoles, 5 de junio de 2013

    Si me condenas.


    Si me condenas al olvido y me destierras de tu lado. Como herencia me quedaré con el pasado y con todo cuanto nos quisimos. Y puede que algún día y desde muy lejos regreses a algún momento que quizás nadie recuerde y que sólo tú y yo vivimos. Y sabrás que nunca fuiste ni serás más amada y sabrás que nunca fuiste ni serás más hermosa que cuando estuviste conmigo. Y aprenderás a fuerza de no querer saber, que cuando se ama, no guardan relación la distancia y el olvido. Que el caminante hace el camino al andar, que cuando se quiere con el corazón, nada, ni siquiera los instantes son perdidos. 

    Y puede que al final de tus días o con tu último suspiro, puede que a un paso entre la divinidad de lo eterno y lo vivido, te preguntes si te sigo amando, si aún te espero, o si sólo eres un vago recuerdo de todo lo que hemos sido. Puede que para entonces yo no esté o no tenga fuerzas para susurrarte al oído, que nunca fuiste ni serás de mis penas el ombligo, que no eres felicidad ni castigo, que hasta el final de mis días estarás tan dentro de mí, que será como si nunca te hubieses ido. Que de las mil maneras de vivir que me dieron a elegir, yo escogí la mejor, la más sencilla, la que no representa un conflicto. Pasar todos los días de mi vida enamorado de ti y aunque desde muy lejos, contigo.

    LPF.01f85.

    lunes, 3 de junio de 2013

    Debilidad.




    Tiene que haber un punto en el que un ser humano debería abandonar sus sueños. Ojalá fuera lo suficientemente tonto o cobarde como para haberlo encontrado ya.

     

    domingo, 2 de junio de 2013

    Graffiti...







    Graffiti en murcia.
    Autor desconocido. 
    Título: Imagenes que dicen más que mil palabras.
    LPF.01F85.


    sábado, 1 de junio de 2013

    Cosas que siempre harán falta.




    Para cambiar el final de una historia siempre hará falta paciencia y a veces una disculpa sincera. El silencio no cambia nada.

     

    domingo, 19 de mayo de 2013

    Cosas que me preocupan.




    Los gordos, los calvos, la gente con gafas de vista. Es decir, gente común con estas características, parecen que no enamorarse y por la misma regla tal parece que nadie los ama. Es común encontrarse foto montajes de personas, que físicamente están estupendas, con alas en la espalda, colas de sirena, mordiendo una fresa etc. Que de cierta manera lo que sugieren es una idolatría a la belleza, pero como la belleza aburre. Y en sí misma no es un mensaje, no se suele viralizar.

    Sin embargo, con menos frecuencias encontramos el tipo de personas antes descrito. Los gordos, los calvos, la gente con gafas de vista. Que suelen en algunas ocasiones ser más bien motivo de burlas. Y salen en los llamados memes (Palabra que tiene su origen en Richard Dawson que se refiere a la imitación, replicación y transmisión del mismo modo que un gen es una unidad hereditaria.) Refiriéndose a la similaridad con la que se transmite dicho fenómeno por las  redes sociales, mutando exactamente como un gen, sin perder su fin,   que en este caso es hacer reír. Lo cual en más de una ocasión me ha llevado a preguntarme:

    ¿Será que esta gente no tiene sueños ni se enamora?
    ¿Será que no comen fresas, porque están a régimen?
    ¿Será que a las gordas no se le marcan los pezones cuando llueve?
    ¿Será que la gente con gafa, no puede mirar triste y taciturno al suelo?
    ¿Será que a un calvo no le pueden salir alas en la espalda?
    ¿Será que no le duelen ni les importan las burlas ?   Nada ahí lo dejo.

    Al parecer como seres sociales, mostramos más respeto por unos cánones de belleza que por otros.  Y digo más por uno que por otros. Porque en sí misma todas las personas deberían ser hermosas independientemente de su condición física. Sin embargo, al parecer no es así. Y lo que sí me queda claro que un mal llamado feo, lleva mejor su fealdad que un bello su belleza. 

    Pintura: Óleo sobre Lienzo
    Artista plástico: Botero

    Mujer apasionada y lejana.


    Mujer testaruda y lejana.
    Cuán alta puede ser tu expectativa de vida, 
    si crees poder vivir, 
    el día en que te deje de amar.
    Qué tan lejos pretendes ir?
    Imaginando que yo no pueda llegar.
    Cómo pretendes borrarme, 
    imaginar que no existo.
    Si alguna vez juntos fuimos 
    uno o más que dos.
    Si sabes que yo 
    no podré olvidarte jamás.
    Mujer testaruda y lejana.
    Calla todo lo que sabes.
    Abraza y besa a cualquiera, 
    sigue su rastro 
    en la tierra de sus zapatos 
    o en la arena.
    Pero no pretendas 
    amor más grande que el mío 
    ni para toda la vida.
    Porque eso jamás.
    lo habrás de encontrar. 
    mujer testaruda y a veces lejana. 
    arderán la ira y tus penas en lágrimas.
    y será lo que me ignoras 
    si es tu deseo
    de este camino la última parada.
    pero haz que no sea adiós de tus labios, 
    la última palabra. 
    Porque de ti para toda la vida, 
    no me podré despedir jamás.
    Mujer apasionada y lejana. 
    Que no sea la sabiduría quien guíe tus pasos, 
    sino tu corazón y tu alma. 
    Porque eras más bella entonces.


     LPF.01F85.