domingo, 17 de octubre de 2010

La esclavitud no se ha abolido, se ha globalizado.

Cada vez son menos las personas que acceden al escaño de la riqueza. Mientras cada vez más personas pueden vislumbrar los umbrales de la pobreza. En muchos casos privados de derechos tan elementales como la vivienda, la alimentación y la salud. Y me pregunto cuántas veces hemos escuchado esto y la relatividad de la forma en que nos afecta. Si dependiendo de la geografía que nos toque vivir y después de tantos años nuestro mayor logro para mejorar esa situación en muchas ocasiones sigue siendo el de sentirnos inmunes o afortunados por nuestro lugar de nacimiento. Lo que si es cierto es que el cáncer de los bienes mal distribuidos se va haciendo cada vez más evidente y común en nuestra sociedad y se propaga como una enfermedad contagiosa algo de lo que a la larga no escapará ningún sistema social.


¿CUÁNTAS VECES HEMOS DESEADO GANAR UN MILLÓN DE EUROS?

Creo que eso es algo que en su momento hemos deseado todos esa sería una buena cantidad de dinero para comprarnos una buena casa, un buen coche,e incluso tener una buena cuenta bancaria. Entre todas las cosas que deseamos resolver con esa gran suma de dinero y todas las necesidades que intentamos mitigar. Nunca pensamos en los más desfavorecidos. No conozco a nadie, que se le haya ocurrido desear fervientemente tener un millón de euros para mitigar el hambre, las enfermedades y aliviar los problemas en los países del tercer mundo. Esto no quiere decir que no lo deseemos NI TAMPOCO ESTOY JUZGANDO NUESTRA HUMANIDAD. Pero si  me llamo la atención a mi mismo y le hago un reclamo a los que alcancen a leer el blog, para que cuando deseemos algo lo hagamos de una manera menos egoísta y más coherente, para que en nuestros deseos involucremos las ganas de ayudar a progresar a los más desfavorecidos, a la clase explotada y mal llamada pobre.