viernes, 21 de enero de 2011

De Paveluco (La cinta). Para sus amigos de la infancia.


De pequeño mis mayores preocupaciones no pasaban de reunirme con mis amigos. Creo que eso es algo que todos los niños tienen en común. A esa edad todo era tan sencillo que una pelea era olvidada en muy poco tiempo  e incluso terminaba fortaleciendo la amistad. Eran para ese entonces los mejores amigos del mundo. Una piña inseparable en la que cada uno tenía su papel. Una especie de manada en la que cada uno tenía su lugar. El matón, el guapera, el listo, el valiente, el deportista, el gracioso y así una lista de carácteres interminables, por los que cada uno destacaba.

Tantos niños y disimilitudes de genialidades hicieron posible que nos reagrupásemos en grupos más pequeños (las pandillas). Únicamente clasificadas por nuestros padres. Que con riguroso juicio “De tal palo, tal astilla” dejaban claro su descontento con algunos de sus miembros. No eran ellos del todo imparciales y a pesar de nuestra niñez solíamos ser mucho más rigurosos a la hora de evaluar a nuestros amigos, que ellos. Un miembro era expulsado de la pandilla por sus actos, no había juicio de valor más importante.  Y yo que pasé por casi todas al recordarlo me hace sentir tan bien, que me arranca una sonrisa de incredulidad ante los actos temerarios cometidos en algún momento. Y que ahora no se me ocurriría hacer ni en broma por el peligro que acarreaban. Actos movidos por un sentimiento de competición de reto sano impuesto por una especie de “Si tu puedes, yo puedo”

En nuestras pandillas todos teníamos motes en su mayoría adjudicados por el que a lo mejor fuera el más estúpido de nuestros actos. Y entre risas y amigos sinceros pasé mi infancia soplando velas y robando caramelos, jugando a las escondidas y compartiendo mis juguetes sin ver a Papá Noel y sus Renos. Infancia maravillosa y amigos inolvidables que me trae muy buenos recuerdos. Ínclitos y pintorescos personajes que formaron parte de mi vida y a los que echo de menos.



Braulio (Tarecón)
El origen de su mote viene de unos dibujos animados en los que uno de sus personajes (Tarecón) pierde a su grupo, porque se queda en la inopia mirando un barco. Justo lo que le pasó a él en un campamento de verano.
ESPECIALIDAD: Tumbar mangos y jugar a las canicas y buen corazón.
ANÉCDOTA: Una noche nos aburríamos y sobre las 11:00 de la noche se nos ocurrió tocarle la puerta a puñetazos y patadas haciendo un ruido espectacular a nuestros vecinos del edificio próximo, que por aquel entonces eran rusos. Y así estuvimos varias noches. Hasta que los rusos montaron guardia y casi nos pillan, lo que pasa es que corrimos tan velozmente que un vecino nuestro, un hombre muy mayor que nos vio pasar mientras disfrutaba de la brisa nocturna. Se quedo tan sorprendido de la velocidad a la que corríamos. Que solo atinó a compararnos con una cinta jejeje. Y la cinta se convirtió en mi apodo.





Carlos Aguíar (La Bala)
Su apodo se lo puse yo en plan cachondeo por la bicicleta, y él en cambio me decía la cinta por la anécdota de mi vecino. Y un poco por las bicicletas armadas a trozos que tenía, que como pedaleará muy fuerte terminaba rompiéndosele algo.
ESPECIALIDAD: Experto en desarmar relojes digitales y equipos electrónicos y en volverlos a montar, era muy bueno en eso lo heredó de su difunto padre que era ingeniero electrónico.
ANÉCDOTA: Una vez me amarro la puerta de mi casa a un pilar que había en el pasillo de mi escalera.  Yo estaba dentro y el lo sabía, tocó la puerta y cuando intenté abrirla me fue imposible, me toco salir por el patio de luz entrar por la cocina de la vivienda de un vecino, para acceder al pasillo y poder desamarrar la puerta. jeje



Damián Pérez (Melanéo)
Su apodo no era del tipo fijo, es el nombre de su padre. Era un chaval muy aplicado y no era de hacer muchas locuras. Aunque de las pocas que hizo me las cargué yo.
ESPECIALIDAD: El deporte, era bueno en todos los deportes todo el mundo lo quería en su equipo de fútbol, béisbol o lo que fuese.
ANÉCDOTA: El vivía una planta más arriba que yo, un día me llamo y yo me asomé por el patio de luz. Cuando saqué la cabeza me dejo caer un huevo en toda la cara jaja. Yo esperé un rato, y mandé a un amigo a que le tocará la puerta el miro por la mirilla de la puerta, vio que no era yo y le abrió. Yo estaba escondido y en cuanto abrió le tire dos huevos que dieron contra la pared del salón de su casa y así continuamos el resto de la tarde. Nosotros nos reímos mucho, pero nuestros padres desde luego no. Si no me hubiese venido a España todavía estaría castigado. jaja

Muchos amigos de la infancia y anécdotas con cada uno de ellos, y con cada anécdota que recuerdo me vienen dos o tres más a la mente. Estoy ansioso por reencontrarme con ellos y a pesar de que no será lo mismo, estará muy bien recordar viejos tiempos.



Para algunos de mis amigos de la infancia:
  1. Josúe Mila
  2. Leonardo Ordoñes (Leoni)
  3. Yoel Reinoso (Tatuaje)
  4. Giorbel (El tecla)
  5. Palacio
  6. Cuba chiquito
  7. Radame (Racu, o el Loco)
  8. Lionel Sosa (Hermano del Ñisi)
  9. Ernesto Fernandez (El gordo)
  10. El chino (El hombre y la tierra)
  11. Yuliano Chirino (Yulito)
  12. Alexis (El tingui)
  13. Ernesto Díaz (Macandal)
  14. Javier (Javico)
  15. Fermin Milanés (TOSNT)