domingo, 15 de abril de 2012

En la manera que doy rienda suelta a mi imaginación.


Indiscutible la satisfacción de las cosas cuando se hacen bien. Por eso  buscamos en la consecución de nuestros actos la perfección. Sin embargo en ocasiones lo más cerca que solemos estar de la perfección es la manera en la que coqueteamos con nuestra imaginación, idealizando como nos gustaría que fuesen muchas de las cosas que más deseamos, cosas que podemos tener o no, o cosas que simplemente anhelamos.

Depende de nuestra educación, valores, gustos y las expectativas que tengamos de la vida, que nuestros esfuerzos vayan dirigido en un sentido u otro. Lo que sí es cierto es que en la manera que la visualizamos en nuestra mente no tienen cabida los defectos ni los errores. Nadie anhela tener un coche nuevo destrozado, ni vientos huracanados en unas vacaciones en el Caribe. Y es en nuestras falsas expectativas a veces encontramos el fracaso por las tan frecuentes adversidades que nos va deparando la vida. Que se verán incrementada según la envergadura de nuestros proyectos y ambiciones. Estamos tan pendiente del triunfo que el primer escollo a veces parece dejar oculto la esencia de lo que representa "Lo duro que tienes que trabajar para alcanzar tus sueños". Y porque algunas de las cosas que más deseamos no suelen comenzar de la manera que esperamos. A veces todo nuestro cumulo de paciencia desaparece después de un par de intentos por el desconsuelo y hastío que produce la sensación que nos provoca un esfuerzo desmedido sin resultados a corto plazo. Perdemos la objetividad y lo único que pretendemos hacer es olvidarlo todo o simplemente obviarlo, porque casi nunca hacemos énfasis en las cosas que más nos duelen ni siquiera para solucionarlo.

En mi caso mis expectativas me generan al mismo tiempo deseo e incertidumbre, son las que me permiten ilusionarme y en la medida que lo hago doy rienda suelta a mi imaginación. Sé que una persona coherente no se ilusiona con la perfección ni con todo lo que acontece a su alrededor, aunque hacerlo en ocasiones sea lo que me haga más humano. Y me doy cuenta que el tiempo no te muestra el verdadero valor de las cosas, tu eres el que debe ser  capaz de apreciarlo y a pesar de que no consigas todo lo que quieres para mi seguirá teniendo mucho valor el tener la oportunidad de intentarlo. Que lo consiga o no está por verse, pero de ser juzgado han de contar todas las veces que lo haya intentado. Y si no lo consigo ha de ser porque la vida es demasiado corta como ya dije alguna vez. PERO JAMÁS POR HABER RENUNCIADO.