viernes, 12 de junio de 2020

Allí...


...
Recibo desde entonces los sacramentos
de esta larga y conflicta vida
para no encomendar mi alma al infierno
por la persistencia con la que mi dolor me convida.

Y en la puerta ya San Pedro
Que el dejarme entrar o no, decida
Y si no fuere merecedor de tal privilegio
sin descanso sea la vuelta bajo su égida.

Allí donde no me amaron.
Allí donde no os merecía.
Allí donde me abandonaron.
Todos los que para siempre me amarían.

Y allí con la adarga en el brazo.
Al final de la noche y cada día.
Os mantendré cálidamente en mi regazo
puede que en forma de cuaderno o cuartilla. 

Y sea entonces mi descanso el velar
y el saberos bien mi alegría
Y no quieran vuestros fieros enemigos que tenga que apelar.
Al valor de quien os ha de defender con hidalguía. 


Adarga: Escudo hecho de cuero y forma ovalada.