martes, 25 de febrero de 2014

El lado bueno de las cosas.










El ser humano está hecho de células cancerígenas así que por mayoría no mejoramos físicamente con los años sino que vamos muriendo. Esto suena terriblemente catastrofista, pero es una verdad ineludible y que con los años aprendemos. De pequeño era tan feliz, como inconsciente de esto. Nunca había pensado en la muerte y todavía hoy recuerdo el único día que pensé en ello. Era un día cualquiera y poco tiempo después de despertarme me sobrecogió la idea de morir y comencé a llorar. Le dije a mi padre que no me quería morir nunca y mi padre me respondió “Si no te quieres morir, pues no lo hagas” y sonrío mientras se levantaba de mi lado, quitándole hierro al asunto. Al tiempo que le hacía algún comentario a mi madre sobre su trabajo.

Es curioso porque hasta ese momento había tenido muchos ingresos en hospitales a raíz de mi Asma. Había estado en cuidados intensivos en varias ocasiones en las que mi vida puede que pendiere de un hilo, sin embargo yo no tenía contemplado el morirme en ninguno de esos momentos. De hecho sólo estaba planificando todo lo que haría cuando saliese del hospital y estuviera de vuelta con mis amigos. Puede que fuera el anticiparme a todo lo que quería hacer lo que me salvase la vida, bueno y los médicos.

Las personas en general nos mostramos optimistas por mayoría sobre nuestro futuro o sobre el futuro de la gente que queremos o con la que tenemos alguna relación ya sea de amistad o más personal. Es esa predisposición al optimismo la que rompe con todas las leyes de la gravedad, con las estadísticas, las profecías o la inercia de las cosas cuando parecen ir mal. Es esa predisposición al optimismo la que nos hace anticiparnos a imaginar como concebir de la mejor manera todos los momentos, incluso los peores.  Es esa predisposición al optimismo y el anticiparnos la que nos salva, nos cura, la que nos hace realmente felices y nos predispone a trabajar y a los sacrificios, a esforzarnos por alcanzar nuestros sueños sabiendo que el que algo quiere, algo le cuesta. Sabiendo que hay sitios donde la razón no llega, pero sí el corazón. Por eso, anticiparse, ver el lado bueno de las cosas, ser optimistas y sonreírle a la vida porque mañana puede ser un gran día, porque es algo contagioso. Tanto que puede que el universo entero conspire para que puedas realizar tus sueños. 



Quando você quer alguna coisa, todo o universo conspira para que você realize   o seus sonhos. 
Paulo Coelho.


Obra: El flautista joven. 
Artista Plástico: Judith Leyster (1609-1660)