jueves, 26 de enero de 2012

Métodos que solían ser infalibles...

Que fueron de esos tiempos en los que la gente para hacer tiempo (valga la redundancia) en las paradas de los autobuses o cualquier sala de espera tenía siempre o casi siempre un libro a la mano. O simplemente por disfrutar de la tarde de una manera diferente se tendían sobre el césped de algún parque a disfrutar de una amena lectura. Eso era algo que asociabas con la intelectualidad, con saber, te daba ganas de comprarte un libro aunque estuvieses casi seguro de que no lo terminarías de leer. Eran tiempos donde la gente emulaba sobre la cantidad de libros que había leído y el conocimiento. Tanto era así que a los más torpes de mis colegas cuando les solían preguntar qué les había gustado más, si la película o el libro, decían que el libro, muy convencidos aunque la película en cuestión fuera "Terminator"

De hecho yo tenía un amigo que gracias a los libros, "no a la lectura". Había desarrollado su propio método infalible de como ligar con chicas que estuviesen estudiando en la universidad. La idea principal de su método era no parecer un paleto. Así que aparentaba tener vastos conocimientos sobre alguna materia. Y para ello se valía de 10 o 12 palabras rebuscadas sobre una asignatura en concreto, algunas estructuras lingüísticas aplicables al tema sobre las que nadie podía objetar y el prologo del libro, específicamente la parte en que dice "Este libro va dirigido a..." Entre esos limitados conocimientos, sus pantalones desgastados y un libro en la mano daba el pego sobre lo que estuviese pretendiendo. Para el quedar para estudiar o compartir apuntes era la excusa perfecta para buscar algo más o mucho más que eso. Sin embargo en algún punto de la historia se enamoró. Y de tanto hacer su papel termino por creérselo y se matriculó en derecho, cosa que nos sorprendió a todos incluso a el mismo. Y contra todo pronóstico terminó su carrera y está trabajando en ello.

A pesar de que el interés por la lectura o alguna ciencia hasta ese momento para él parecía tener como único objetivo o beneficio un rato de sexo. En el trasfondo del asunto estaba implícito el acto de superación, la intención de demostrar que no era un tonto al cubo y que con el se podía entablar una conversación. Hoy en día ese método no funciona y el libro bajo la manga ha quedado obsoleto. Aplicaciones como What´s up (wasap) asociadas con Nokia, Blackberry y las redes sociales como facebook ocupan los tiempos en las salas de espera, las horas de trabajo, de estudio, sexo y en casos extremos hasta las horas de sueños. La gente emula sobre las aplicaciones que descarga para los móviles en su mayoría inútiles. Mientras la lectura sigue perdiendo terreno... ¿Que fueron de aquellos tiempos?