Veo el fuego en tu mirada
y siento tu dolor en el aire.
Siento tu dolor tanto y tan fuerte
que sólo porque lo siento
me mantendré distante.
Antes de que olvide como respirar
y sin que sepas que eres mi aire.
Hasta que mi silencio fecunde tu soledad
o sientas ganas de besarme.
Sin reglas estrictas para vivir
sin reglas estrictas para amarte.
Sin la angustia de encontrar una ruta
segura
que nos libere de este dolor infame.
Y puede que sea como el barro
y que no alcancen la luz mis ojos por encima de los arboles.
Sin embargo tuve el brillo de los tuyos
y he sabido de tus intentos por olvidarme.
Fallidos e imperfectos a pesar de tus esfuerzos
Mientras ausente he crecido sin que me puedas herir...
Y no ha podido tanto el amor
ni el tropezarnos en camino tan estrecho.
Y sin importar hacia donde voy
o que tan lejos me puedan llevar mis pasos,
nada he de buscar en otros brazos,
Y he tan sólo de romper este maleficio
de no poderte amar con el desatino de saberme amado
con la fuerza de un viento huracanado
que ansioso trae las lluvias de verano
sediento de flores y barro.
Y para cuando llegue la oscura madrugada
ya envueltos entre mis tibias sabanas y el deseo.
Te convidaré a desnudar ese silencio humano y mortal que te apaga.
Mientras cierro los ojos y te abrazo
como si la vida no tuviera final,
como si pudiera encender tu alma con un beso.
Pidiéndote entre cucamonas y carantoñas que no te vayas...
que no te vayas...
Pero veo el fuego en tu mirada
y siento tu dolor en el aire.
Siento tu dolor tanto y tan fuerte.
Que sólo porque lo siento,
me mantendré distante.
Aunque jamás te pueda olvidar.